r Play, y el clásico de los Stones comienza a sonar estruendosamente en mis oídos, mis ojos alicaídos miran con timidez los serios rostros que vienen en sentido contrario por avenida Salvador.
De un instante a otro, todos parecen cantar y bailar como si fueran el mismísimo Mick Jagger. Me empiezo a sumir en un carnaval urbano con entusiasmo.
Abordo una micro de vivos colores, chofer y pasajeros cantan frenéticamente embriagados de una desconocida psicodelia... una abrupta sacudida interrumpe el festival, bocinas ensordecedoras, nuevamente rostros serios y aletargados, silencio.. ya nadie canta, fin del track.
De un instante a otro, todos parecen cantar y bailar como si fueran el mismísimo Mick Jagger. Me empiezo a sumir en un carnaval urbano con entusiasmo.
Abordo una micro de vivos colores, chofer y pasajeros cantan frenéticamente embriagados de una desconocida psicodelia... una abrupta sacudida interrumpe el festival, bocinas ensordecedoras, nuevamente rostros serios y aletargados, silencio.. ya nadie canta, fin del track.